Deshielo de mi alma.

Deshielo de mi alma.

En la claridad inmaculada
de aquel mantel blanco
que se asoma
ni siquiera creo imaginaba
me regalaría tan bellas miradas.

Era fría y helada
como la noche
en donde yo soñaba
besar muy apasionada
tu boca tan amada.

Si, era fría y helada
pero con tus lindas miradas
la transformaste
en una tibia tarde
en donde sólo quise amarte.

Tus brazos entregaron hoy
un esperado descontrol
tus labios buscaron
el momento rico
de encontrar mi emoción.

Me estremeces con tal facilidad
que hasta vergüenza me da
me encanta, me enamora
como quisiera que estas horas
no acabasen nunca jamás.

Bebé, mi amor
dime por favor adiós
que no puedo separar
mis labios y mis manos
que no desean parar.
Déjame el deseo
para ésta noche en desvelo
del desahogo de mi lápiz
en el encuentro con su papel
para recordar tus besos
para esperar con gran anhelo
sólo recordarte cielo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Muchisimas Gracias por tus visitas y por tus comentarios ...

Un abrazo

mariajose

Anónimo dijo...

Es muy tierno, me gusta. Sobre todo estos versos:

Bebé, mi amor
dime por favor adiós
que no puedo separar
mis labios y mis manos
que no desean parar.

¡Qué hermoso sería disfrutar de las caricias de una bella dama embargada de tal sentimiento!

Un beso.

Video de mi semana.

Tu beso se hizo calor, Luego el calor, movimiento, Luego gota de sudor Que se hizo vapor, luego viento Que en un rincón de la rioja Movió el aspa de un molino Mientras se pisaba el vino Que bebió tu boca roja. Tu boca roja en la mía, La copa que gira en mi mano, Y mientras el vino caía Supe que de algún lejano Rincón de otra galaxia, El amor que me darías, Transformado, volvería Un día a darte las gracias. Cada uno da lo que recibe Y luego recibe lo que da, Nada es más simple, No hay otra norma: Nada se pierde, Todo se transforma. El vino que pagué yo, Con aquel euro italiano Que había estado en un vagón Antes de estar en mi mano, Y antes de eso en torino, Y antes de torino, en prato, Donde hicieron mi zapato Sobre el que caería el vino. Zapato que en unas horas Buscaré bajo tu cama Con las luces de la aurora, Junto a tus sandalias planas Que compraste aquella vez En salvador de bahía, Donde a otro diste el amor Que hoy yo te devolvería Cada uno da lo que recibe Y luego recibe lo que da, Nada es más simple, No hay otra norma: Nada se pierde, Todo se transforma.