Lluvia.











Lluvia.

La tempestad descansaba
oculta entre nubes de acero
con cual orgullo guardaba
todo un escondido aguacero.

Basto una frase
para iniciar la lluvia
como quien nace
el parto en cesarea.

Mi culpa totalmente asumida
de dejar tiempo en espera
ahora la lluvia humedecida
moja toda mi acera.

Serán las últimas gotas
que mi alma dejará caer.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hola muchas gracias por tus hermosas palabras me alegra saber que me lees y que te inspiro,... yo solo te digo que vale la pena sonhar y seguir sonhando'

un abrazo
mariajose

Anónimo dijo...

Precioso poema. Por grande que sea el desgaste, la capacidad para el amor del corazón es infinita. Simplemente necesita descansar para reponerse y recupera la potencia de antaño.

Gracias por compartir estas palabras con nosotros.

Besos,
tTiger

Anónimo dijo...

hola!

pense q ya habia escrito en este poema!!... pero no era asi!!

me encanto!!...
no tengo mas palabras...

ojala te encuentres super bien!!
yo en semana de pruebas, asi q espero q la prox te pueda ver...

cuidate muxo!!
besitos!!


adios!!

Video de mi semana.

Tu beso se hizo calor, Luego el calor, movimiento, Luego gota de sudor Que se hizo vapor, luego viento Que en un rincón de la rioja Movió el aspa de un molino Mientras se pisaba el vino Que bebió tu boca roja. Tu boca roja en la mía, La copa que gira en mi mano, Y mientras el vino caía Supe que de algún lejano Rincón de otra galaxia, El amor que me darías, Transformado, volvería Un día a darte las gracias. Cada uno da lo que recibe Y luego recibe lo que da, Nada es más simple, No hay otra norma: Nada se pierde, Todo se transforma. El vino que pagué yo, Con aquel euro italiano Que había estado en un vagón Antes de estar en mi mano, Y antes de eso en torino, Y antes de torino, en prato, Donde hicieron mi zapato Sobre el que caería el vino. Zapato que en unas horas Buscaré bajo tu cama Con las luces de la aurora, Junto a tus sandalias planas Que compraste aquella vez En salvador de bahía, Donde a otro diste el amor Que hoy yo te devolvería Cada uno da lo que recibe Y luego recibe lo que da, Nada es más simple, No hay otra norma: Nada se pierde, Todo se transforma.